Auschwitz I

Hace unas semanas me fui de viaje a Polonia y en nuestra estancia en Cracovia, aprovechamos para visitar el campo de concentración más famoso de la Segunda Guerra Mundial.

Auschwitz II: Auschwitz - Birkenau

Para llegar contratamos un servicio que tiene la oficina de turismo de Cracovia. Por 90 zlotys (unos 25€), un microbus nos fue a recoger al albergue a hora temprana (sobre las 08:15). En el autobús nos pusieron un documental dedicado al campo que duró todo el trayecto. Es mejor ir a primera hora, porque hay menos gente, menos grupos y así puedes aprovechar las pocas horas de luz que hay en este país (en invierno anochece a las cuatro de la tarde).

La entrada al campo es gratis, pero si realmente quieres enterarte de algo y conocer los detalles recomiendo coger una guía (no sé cuánto cuesta, porque venía incluida en el precio). Incluido en el servicio que cogimos entraba una guía en español, que nos fue explicando durante casi las cinco horas que dura la visita todo con gran detalle y tranquilidad. Además, era una guía para nosotros solos y no nos incluyeron dentro de otro grupo de españoles, a parte de hablar muy bien el español.

Arbeit Macht Frei

La visita tiene dos partes. En primer lugar está la visita al campo de trabajo Auschwitz I, un cuartel militar del ejército polaco que los alemanes, tras la invasión de Polonia, usaron como campo de concentración para presos de guerra y presos políticos. Al campo se accedía por  la conocida puerta con el lema arbeit macht frei, «el trabajo te hará libre».
Cada mañana, los presos salían por esa puerta para ir a las zonas de trabajo. Lo hacían acompañados por una orquesta que tocaba música de marcha y tenían que caminar al paso de la música.

Blocks del campo

Este campo, además de los «block» donde vivían los presos, tenía los edificios de administración del campo, la vivienda del director del campo (hasta 1943 Rudolf Höß), las cocinas y el primer crematorio con las primeras proto-duchas. Los edificios de administración no están abiertos al público y sólo se pueden ver desde fuera, excepto el edificio de las taquillas, que se ha adaptado para ese fin.
Una vez que has entrado en el campo, la visita comienza visitando dos de los bloques donde vivieron los presos. Estos se han usado como museo, donde se hace un repaso por la historia del lager (en alemán). En el primer block te muestran la historia y el funcionamiento del campo con paneles informativos (en polaco y en inglés). Las salas siempre están acompañadas por fotografías tomadas por un oficial del partido nazi. Al parecer estas fotos iban a ser un regalo para el director del campo. Cuando Alemania pasó a la defensiva en la guerra, se mandó a los judios quemar todas estas fotos. Las fotos originales fueron destruidas, pero no los negativos que han llegado hasta nuestros días.

Parte de la maqueta de la cámara de gas

En este primer bloque hay una maqueta perfecta para que podamos entender el funcionamiento de los crematorios que fueron construidos por los nazis en Auschwitz II (luego destruidas por las SS en 1944). Estas cámaras estaban construidas «ingeniosamente»: se accedía a los vestuarios que estaban bajo tierra por una escalera. En los vestuarios, se les mandaba desnudar, dejar su ropa en un perchero y con buenas palabas se les engañaba, haciendoles creer que iban a ducharse de verdad. Tras despojarse de sus ropas se les llevaba a las duchas, también bajo tierra. Eran duchas falsas, muy bien reconstruidas con todo detalle y por donde salía el Zyklon B. Después de 20 minutos en esas duchas ya no quedaba nadie con vida y los cuerpos eran trasladados a los hornos. Esta era la parte que sí era visible en la superficie y las grandes chimeneas que expulsaban las cenizas de miles de personas eran vistas desde todo el campo.

En la visita al block también os enseñarán restos de las personas que murieron allí. Decir que ver en foto no impresiona tanto como verlo en directo y que en muchas ocasiones es dificil permanecer delante de la vitrina estoicamente. En la primera sala con restos la guía nos advirtió de que no estaba permitido hacer fotos porque eran restos humanos. En esta sala hay cantidades ingentes de pelo humano. En otra, millares de zapatos de todo tipo, maletas, ropa de niños, objetos de aseo (peines, cepillos, brochas de afeitar…), gafas…
A partir de esto, la visita se hace cada vez más cruda porque te adentras en el tema del exterminio y ya dejas atrás la parte más «técnica» de la visita. Antes de pasar al siguiente block, la guia nos señaló el barracón 10, lugar donde Josef Mengele hizo sus experimentos con judios.

Ejemplo de habitación del lager

El siguiente block era el llamado block de la muerte (el número 11). Al parecer, los que entraban en ese block no salían y si lo hacían, en malas condiciones. Este barracón es una recreación de cómo era el interior: las habitaciones de los prisioneros, de los kapos, las letrinas y en el sótano las celdas de tortura.
En la primera planta no se puede entrar en las habitaciones, sino que caminas por el pasillo viendo el interior de las mismas, que han mantenido la estructura de las literas o de las letrinas.
En el sótano, como he dicho, estaban las celdas. Aquí se encerraba y torturaba a aquellos presos que habían intentado escapar del campo, habían desobedecido las órdenes o habían infringido cualquier norma.
En este bloque se hicieron los primeros experimentos con Zyklon B sobre población judía en 1941. Después de ver el éxito obtenido se pasó a la construcción del primer crematorio.

Hornos reconstruidos del crematorio I

Este crematorio es mucho más arcaico que los crematorios construidos en Birkenau (Auschwitz II), construidos esencialmente para el exterminio masivo de judios. Es de pequeñas dimensiones y no tiene antesala, sino que se entra directamente a la «ducha». En este caso es una sala diáfana con agujeros cuadrados en el techo por donde se expulsaba el gas. Justo al lado, los cuatro hornos donde se quemaba a las victimas.
Este crematorio fue usado dos años, desde 1941 hasta 1942. Después fue usado como bunker, para protegerse de posibles ataques aéreos, por eso los hornos originales no se han conservado.

Este campo está en muy buenas condiciones de conservación, gracias al material utilizado (ladrillo). Las alambradas aun rodean los barracones y el interior de los edificios está practicamente inalterado (aunque no se conservan las literas de madera, obviamente).

Esta visita duró dos horas. Tras un descanso de 15 minutos, el microbus nos volvió a recoger para llevarnos al siguiente campo: Auschwitz – Birkenau, a 2km del primer lager.

Alambradas que recorren el campo

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6 respuestas a Auschwitz I

  1. Midder dijo:

    Muy interesante, Haru
    ¿Vas a continuarlo o acaba aquí?

  2. Shyba dijo:

    Cuando estuve en Berlín estuve viendo el que esta cerca de allí y te puedo decir que era horroroso! la habitación que te enseñaban era horrorosa, con camas por todos lados y solo 1 baño para casi 100 personas.

    Aún recuerdo al entrar cuando nos explicaros que la zona que veíamos con diferentes tipos de suelos la habían creado para que los reclusos probaran la durabilidad de las botas del ejercito. Osea que les dejaban día y noche andando sin descanso para ver que material era más resistente.

    • Adriana dijo:

      Posiblemente estuviste en Schsenhausen, un campo de concentración para presos de guerra y demás. Te aseguro que las condiciones de vida ahí eran mucho mejores que en Auschwitz II!

      Cuando vaya a Berlin, quiero ir allí… tiene que ser espeluznante también.

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